Lou Lavigne
Profesora de yoga
¡Hola!, y encantada de saludarte a ti que me estás leyendo. Mi nombre es Lou Lavigne y soy una enamorada de la vida en general y del yoga en particular. Mi experiencia a lo largo de las últimas dos décadas como profesora de yoga titulada me ha impulsado a construir este espacio online, pensado por y para ti; para nosotros. Un espacio para compartir juntos las enseñanzas del yoga y donde espero que te sientas como en casa.
Pero antes de llegar a lo que soy hoy, permíteme que te cuente mi historia a través de mis estudios y experiencias en diferentes lugares, lo que me ha hecho descubrir preciosos rincones, grandes maestros y personas maravillosas.
Lo que sentirás cuando comiences a trabajar conmigo es una plena inmersión en un yoga específicamente diseñado para ti, mucho más allá de posturas y ejercicios. Y es que, gracias a mi primera profesora de yoga, aprendí la importancia de construir una experiencia única y completa para el alumno. De hecho, mi camino en el mundo del yoga comenzó en su casa en el Yucatán, México, donde esta profesora daba clases. Entrar en su hogar era todo un viaje para los sentidos.
Esta gran maestra sabía trasmitir con mucha dulzura su sabiduría a través de la sencillez. Con ella descubrí la belleza del alma y la gran profundidad que se puede llegar a experimentar cuando se unen la práctica física con la práctica espiritual. Este aprendizaje supuso para mí el inicio de todo, haciendo que esta práctica milenaria se convirtiera no solo en mi estilo de vida, sino en el motor de la misma.
Hoy por hoy, mi intención en cada una de mis sesiones es crear esa misma experiencia con mis alumnos: una práctica fluida, dinámica y bien diseñada junto con todos los detalles que ayuden a conectar con el corazón del yoga. Y aunque en mis clases haya un enfoque importante en lo físico, para mí, este trabajo físico se hace precisamente para poder entrar en las capas más sutiles y enérgicas de nuestro ser.
Che TI
Esté donde esté, crea un oasis para practicar yoga. Una profesora estupenda que pone corazón y alma en lo que hace. Me encantan sus clases, su energía y como acondiciona los espacios.
Antes de encontrar el yoga sufría de ansiedad, estrés y bajo autoestima. Gracias a una larga estancia en la India, pude desarrollar con varios maestros diferentes técnicas y prácticas que me permitieron construir una práctica que me ayudó a sanar esos picos emocionales y cultivar una consciencia compasiva y objetiva frente a lo que sucedía en mi mundo. Actualmente, me nutro de varias fuentes y terapias que a mí me han funcionado (aromaterapia, mantra, ayurveda, etc.) para enseñar a mis alumnos desde una mirada integrativa.
Mi estilo a la hora de impartir clases está muy influenciado por mi conexión con la calma y el silencio de las montañas de Canadá –mi patria–. En la profundidad de su naturaleza, asistí a varios retiros de silencio y trabajé intensamente con las técnicas de Vipassana. Durante 10 días meditando, sin hablar, leer o escribir; sin móvil ni distracciones, aprendí que el ajetreo de nuestra vida diaria deja poco espacio para la calma, y que esta, hay que ir cultivándola poco a poco, a fuego lento. Gracias a una práctica continuada de la meditación, hoy puedo enseñar a los demás a ganar agilidad mental, amor propio y tranquilidad en la vida (precisamente porque son aspectos que anteriormente no sentía).
Una de las cosas que más me gusta de esta práctica es como se adapta a cada cuerpo. Mi capacidad de ajustar al alumno a las diferentes posturas (tanto físicas como verbales) fue un regalo que recibí en mi primera formación para profesores impartida por el Integral Yoga Institutes & Satchidananda Ashams (EE.UU.). En este curso, el Swami insistía tanto en los detalles y en las correcciones de las posturas, que me permitió aprender a transmitir las indicaciones precisas en el momento adecuado, ajustando cada cuerpo desde el punto en el que empieza el movimiento. En este sentido, cada alumno en mis sesiones podrá profundizar en la postura de forma segura y, a la vez, sentir un efecto beneficioso en el propio cuerpo.
Vengo de una cultura muy norteña, y desde pequeñita siempre supe que quería viajar y conocer diferentes partes del mundo, sus culturas y su gente. Hace más de diez años decidí venirme a Andalucía, y es aquí donde terminé de enamorarme de la vida. El hecho de abrazar otra cultura y aprender otro idioma, me hizo descubrir partes de mí que ni siquiera conocía.
Enseñar yoga en un idioma que no era mi lengua materna supuso al principio todo un reto, y para poder sobrevivir en el ámbito profesional tuve que desarrollar una fuerte capacidad a la hora de observar los detalles y matices.
Ahora, miro atrás y sonrío. Todos somos el resultado de nuestra propia experiencia y hoy en día me complace decir que puedo ofrecer mis clases a un público mucho más amplio al poder darlas tanto en inglés como en español. Licenciada en Pedagogía y Lenguas Extranjeras, ¡siempre me han apasionado los idiomas!
Actualmente resido en el Sur de España e imparto clases, cursos, retiros y talleres de forma online y presencial, además de ofrecer formaciones y cursos avanzados para profesores de yoga.
¿Te ha gustazo mi historia?
¡Ven y prueba mi método!